“El hombre correctamente socializado”.

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Un interesante artículo del Daily Mail evoca comportamiento gregarios a reflexionar.
A los matrix les gusta andar apretados, les da seguridad a su inseguridad personal y miedos.
Un lugar tranquilo y solitario los espanta porque les hace pensar.
Es una enfermedad sin catalogar como la agorafobia, que la podría llamar: MATRIX FOBIA REFLEXIVA
A la vuelta no saben qué contar de sus vacaciones, es como si no han visto nada, y les han sacado el dinero -pero eso les gusta-, la educación televisiva que es lo UNICO que ven, les enseña que lo que algo vale, vale dinero, NADA MAS FALSO, pero merecen el escarnio, como el que busca el lugar tranquilo de verdad para pensar, merece el lugar tranquilo. Y lo peor es que se puede decir que la casi absoluta mayoría es así por desgracia.
Pasarán un montón de problemas, pero ese estrés casi traumático es más parte del viaje que el placer del viaje, se trata de sufrir. Muchos matrimonios aprovechan para tirarse los trastos a la cabeza con todos los problemas acumulados. Otros, intentan llevarlo lo mejor posible y encuentran cantidad de anécdotas agobiantes en los lugares de vacaciones para matrix.
Dirán que han entrado en el Louvre o en la Capilla Sixtina, pero no sabrán describir NADA de la experiencia, NADA DE NADA, MURIERON A LA EDAD DE 7 AÑOS. Y por desgracia encima no descansarán en paz con el alma errante de pesadumbre y dudas existencialistas que nunca podrán pagar ni resolver en un cine matrix de película comercial con palomitas transgénicas de Monsanto.
Matrix sufren durante el trabajo, en las vacaciones y cuando descansan, y es que ellos han elegido someterse hasta en su tiempo libre o privado, sometiéndose a las consignas establecidas. Rebelarse contra el sistema para ellos es hacer un tatuaje o un piercing, llevar una moto ruidosa con zamarras de signos diabólicos, o rajarse la falda o el pantalón, eso “juzgan” que es un gran logro. No os desaniméis, yo mismo dentro de la escrupulosidad de reconocimiento de lo matrix quiero comprar pan sin harinas transgénicas y no hay.
¿Por qué asumen que tienen que hacer las mismas tonterías copiándolas sin pudor?.
Porque carecen y desean carecer de identidad propia, y copiar tonterías les reafirma que su identidad es exclusivamente matrix y colectiva.
Es el gran avance del nuevo colectivismo marxista dentro del ultraneoliberalismo, el asentimiento de la personalidad propia borrada y sometida a la gran mente colectiva. Y sobre todo, llena de miedos. Miedos que antes eran con las armas, el hambre y la represión, y que mágicamente han logrado ahora a través de la televisión, cine, billetes moneda, y consumo copista. Mismos modelos de todo, de ropa, de coches, de gafas, de gestos, de actitudes, de todo.

Fuente Dailymail

No os creáis que estamos pensando algo sobre el cuadro.
Unicamente estamos pensando lo que dejamos en casa , y cuando estemos en casa y en el trabajo no pararemos de pensar que estuvimos DELANTE de la Gioconda, y que no vimos nada, pero diremos que vimos de todo. Sobre todo dejando caer, que nos ha costado dinero, porque somos tan tristemente tristes y desgraciados que si no dejamos constancia de que nos ha costado algo, aun nuestra miseria intelectual y autoestima serán más hundidas y destrozadas.
Como sabemos que los que nos escuchan son igual que nosotros no hay problema, yo le engaño, ellos nos engañan, permanentemente, pues todo son copias matrix para matrix, y cuando pase el impetu de la vida con los años, tendremos una mirada hundida y sin brillo metida en el escapulario de la frustración y la tristeza de NO HABER SIDO.
!Que os vayáis a casa y por dónde habéis venido!, dice la Gioconda. (Que me cuentan que está el original en casa de un potentado con conocimiento del director de Museo del Louvre).

Fuente Dailymail.

Le invito un café y a charlar a quien sea que haya tenido una reflexion sobre la gioconda que han visto.
Os adelanto que estaré solo en ese café.
Matrix solo quiere decir que HA ESTADO AHI, como quien pone una bandera en la luna, firmando su estupidez.
 Frase del título, de Jose Prado Pozas.