martes, 24 de noviembre de 2015

Documentos sobre l@s pres@s polític@s enferm@s.

Portada del folleto informativo de 2012.
La desatención médica es la muerte lenta de los presos políticos”
(Extractos del folleto de 2012)
(El objeto de este trabajo) es dar a conocer la situación del
Colectivo de presos políticos del PCE(r) y de los GRAPO y ante
todo denunciar la dramática situación que sufren los que están
gravemente enfermos.
Las décadas de condena que la mayoría de ellos llevan a
sus espaldas, más las condiciones extremas a las que son sometidos, colocan al borde de la muerte a estos revolucionarios.
La lista de presos políticos que han contraído enfermedades
en prisión, o que han muerto como consecuencia de ellas, es
muy extensa y no viene de ahora. Miles de presos políticos,
como el líder obrero José Díaz contrajeron enfermedades en
prisión que les llevaron posteriormente a la muerte; otros como
Joan Comorera o el prolífico poeta y escritor comunista Miguel Hernández, murieron víctimas de enfermedades como la
tuberculosis o la pulmonía en las frías e insalubres mazmorras
de la dictadura franquista por luchar por la libertad.
Hoy sucede algo muy similar. Debido a la tortura sufrida durante su detención, a la desatención sanitaria, a las precarias
condiciones en prisión, a una deficiente alimentación y a las
largas huelgas de hambre que han llevado a cabo, los presos
políticos son más propensos a contraer enfermedades graves.
Bajo la excusa de la “seguridad”, tienen que esperar durante
meses para salir a los hospitales y ser reconocidos y atendidos por especialistas. Una vez que se consigue su traslado a
un hospital, la Guardia Civil pretende estar presente en el momento de las exploraciones médicas, lo que en muchas ocasiones hace imposible que éstas se lleven a cabo, especialmente cuando se trata de mujeres. Por otro lado, cualquier profesional puede negarse a realizar dichos exámenes, al sentirse coaccionado e intimidado por la presencia de los agentes apuntándoles con sus armas.
Precisamente fue en el mes de diciembre de 2010 cuando
el Colectivo de Presos llevó a cabo una protesta para, entre
otras reivindicaciones, exigir la puesta en libertad de los presos
enfermos. Dicha protesta consistió en dos días de ayuno a
la semana para denunciar los tratos vejatorios y humillantes,
como los cacheos con violencia que realizó el Estado fascista
español a manos de su cuerpo especializado de Instituciones
Penitenciarias, perteneciente al Ministerio del Interior, sobre
determinados presos cuando estos querían comunicar con sus
familiares y allegados; contra el duro régimen de aislamiento y
la dispersión al que son sometidos (en muchos casos a miles
de kilómetros de su entorno familiar), donde además se les retienen prensa, libros o cartas de familiares y solidarios con el
único objetivo de impedirles la comunicación con el exterior, o
al menos hacérselo más difícil. Pero sobre todo para denunciar
que este Estado criminal, sin escrúpulos, desatiende a los presos enfermos y deja que las enfermedades provocadas por las
condiciones descritas terminen minando la resistencia de los
prisioneros, dejándoles morir.
Es imprescindible destacar, para impedir por todos los medios que vuelva a suceder, que en julio de 2010 fallecieron los
ex-presos políticos Enrique Álvarez Abalde e Iñaki Kuadra
Etxeandia, militantes del PCE(r) y de los GRAPO respectivamente, tras haber sido excarcelados por padecer enfermedades graves e incurables contraídas en prisión. Años antes, en 2001 falleció José Mª Sánchez Casas, poco después de haber sido liberado y cuando se encontraba a la espera de un trasplante de corazón. Tampoco podemos olvidar la muerte, en 2009 en la prisión de Fontcalent de José Ortín Martínez, quien padecía una enfermedad cardiaca que por supuesto no había sido detectada, a pesar de los síntomas evidentes que presentaba.
No podemos dejar que sigan asesinándoles lentamente, de
forma encubierta , y que luego lo presenten como una muerte
natural”.
¡No vamos a consentir
una sola muerte más en prisión!
¡Libertad inmediata para
los presos políticos enfermos!
Los dibujos de Sánchez Casas narraron perfectamente el ambiente en las prisiones. "Nueva imagen del carcelero funcionario del Estado".
De cómo los médicos, en las prisiones,

en lugar de salud y vida,

procuran darnos enfermedad y muerte... “
Guerra sucia contra la vida y salud de los Presos Políticos
Las técnicas de guerra sucia que, Instituciones Penitenciarias,
viene utilizando contra los presos políticos desde siempre, se han vuelto más sutiles y silenciosas en los últimos años de la “democracia” bobónica. “Todo vale para rendir y exterminar a los terroristas”, es la consigna que imparten los jerarcas fascistas desde las cloacas de su Estado Mayor. Y a esto dicen amén todos los partidos institucionales mantenidos por la oligarquía financiera.
Con esta “licencia para matar”, los carceleros, con o sin uniforme, se prestan sumisos al machaque físico y psíquico de los revolucionarios y de los presos sociales más rebeldes. Las torturas, los malos tratos, las humillaciones, las vejaciones y los atropellos leGALes, que se cometen en galerías y módulos, amparados en la impunidad que les otorgan “sus señorías”, se han convertido en la “pedagogía educacional” de la política de “reinserción”.
En este reparto de funciones de “pacificación de terroristas”,
los médicos-carceleros se están situando en la avanzadilla de las
técnicas de presión y chantaje de ese engranaje de guerra sucia.
Estos médicos, junto a enfermeros y demás personal sanitario dependientes del Ministerio del Interior, son los que con su participación activa la mayoría de las veces, y con su silencio cómplice otras, están colaborando y participando en el “lento” aniquilamiento de los presos, minando su salud con la desatención y desidia sanitaria más canalla.
De esta forma, para los presos, tanto políticos como sociales,
la práctica mayoría de las consultas y enfermerías de las prisiones, no son más que la prolongación de celulares y aislamientos donde la atención que se recibe es rutinaria y superficial, limitándose estos médicos-carceleros a recetar los escasos medicamentos de que disponen los botiquines, la mayoría de ellos de pésima calidad y nula efectividad.
Cuando la gravedad de la enfermedad del preso es irreversible y urgente, le autorizan la salida al hospital, pero sólo después de tener que sufrir un calvario de trabas e impedimentos, como retrasos intencionados, cacheos vejatorios, provocaciones
de carceleros y otras condiciones indignas para cualquier persona.
Por si esto fuera poco, si padece alguna enfermedad de huesos,
cervicales, etc., las conducciones inhumanas de los traslados en
los vehículos de la guardia civil, en celdillas de 1,5 m. por 1 m.,
donde apenas puedes moverte ni respirar, acaban por agravar la
enfermedad o dolencia que padecen.
Con este panorama “sanitario” son numerosos los presos políticos y sociales que han sido asesinados por la negligencia consciente de los equipos médicos de las prisiones, que no hacen nada para impedirlo. Muy al contrario, éste es el criminal método de castigo añadido con que escarmentar y someter a los presos.
¡Nada ha cambiado en las cárceles! La estrategia de aniquilamiento de los presos políticos no sólo persiste sino que se ha incrementado. Sólo que ahora han conseguido acallar el escándalo que supone el que salgan a la luz las perrerías de sus “democráticos y tolerantes” guardianes. Para ello, cuentan con la inestimable colaboración de los periodistas-policías.
Ahora, la destrucción física y psíquica de los prisioneros revolucionarios sigue cursos más sibilinos y maquiavélicos. Para esa tarea “limpia” de exterminio, como en tiempos no lejanos de los nazis en los campos de concentración, los médicos-carceleros se encargan de que sean “los virus”, “las bacterias”, “los hongos”, “los gérmenes”... los que realicen el trabajo sucio (a modo de GAL bacteriológico) y procuren una muerte segura a cientos de presos políticos y a otros presos rebeldes que se les enfrentan. ¡No podemos consentir que continúe esta sangría!

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Suspendida la operación a Arantza Díaz

Solo tenemos noticias que la operación que ayer lunes día 23 de noviembre tenían que hacer a Arantza para repararle el intestino se ha suspendido, y ayer mismo a la tarde parece que la devolvieron a prisión.
Según las noticias que teníamos, parece ser que estaba la segunda en la lista de operaciones y que se iba a realizar como a eso de las 11 de la mañana. A media mañana una enfermera informó que como mínimo la operarían a partir de las 13 horas. A las 14.24 h. recibimos un mensaje diciendo que la operación se había suspendido y que esa misma tarde la volvían a prisión. No tenemos más noticias.

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