miércoles, 30 de septiembre de 2015

Otra guerra, otra.


Cuánto ruido hay en el aire,
cuánto ruido de tambores y de sables,
cuánta gente,
cuánto pueblo ajeno a la barbarie.
Cuánta bandera bendecida por criminales de la pluma,
por sicarios de las letras,
por mercenarios de poemas,
por ilustres pensadores con malas influencias.
Cuánto harapo, cuánta hambre,
cuánto muerto por las calles.
Y yo sólo soy poeta mientras se excusa otra guerra.
Sólo palabras, sólo impotencia,
sólo rabia en mis arterias,
sólo manos agarrando este corazón que revienta.
Otra guerra,
otra.
Otra derrota en la tierra.
Suena el réquiem de la paz
y el mundo ni siquiera tiembla.

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