miércoles, 24 de diciembre de 2014

Egpaña, Católica, Apogtólica y Romana.

Uno de esos titulares que parecen sacados de un periódico de principios del siglo pasado: 
Una juez obliga a un menor a hacer la primera comunión en contra de su voluntad.
En este caso decir que gran parte de culpa la tiene la madre, que en su día no tuvo problema es casarse disfrazada de novia y ante un cura.

-¿Y eso está mal?
-Cuando no se cree en ese rito que se está llevando a cabo, si, es un acto de hipocresía y de estupidez, por el que te estás comprometiendo con una secta religiosa.

Pero por supuesto el perjudicado es el niño y el mayor responsable la carca de la juez que se pasa por el forro los derechos del menor.
Si esto hubiera sucedido en un país perteneciente al "eje del mal" (si es que todavía queda alguno), habría sido noticia en todos los telediarios, pero como sucede en el vigía espiritual de occidente...
Y es que los mayores asesinos de nuestra triste historia reciente eran devotos creyentes de misa diaria, como lo debe ser la jueza, como lo son la mayoría de ministros y personalidades de la actual esfera política, tanto de derechas como de izquierdas. Y no es una crítica contra la espiritualidad ¡Que ninguno de ellos tiene!, sino contra el permanente poder de la secta católica, que no es más que eso, una secta ávida de poder dispuesta a cualquier cosa con tal de mantener sus bienes terrenales y su poderosísimo reino de este mundo.

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