martes, 10 de junio de 2014

Brasil. Que la FIFA se coma las hamburguesas


  Niña con la ropa del sponsor McDonald’s en la Copa Confederaciones
Sindicatos brasileños le pidieron por carta al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que excluya a McDonald’s como patrocinador del Mundial. La acusan de explotar trabajadores. Hasta ahora, la entidad no se pronunció sobre la solicitud que le hicieron.
La organización del Mundial de Fútbol sacude conciencias y abre debates en Brasil con la fuerza de una motosierra. El ruido ya se siente fronteras afuera y esta vez porque varios sindicatos le enviaron a la FIFA una carta abierta para que excluya a McDonald’s de la lista de patrocinadores del torneo. Acusan a la empresa de comida rápida “por la escasa salubridad de muchos de los alimentos de su menú, como también por explotar, maltratar y discriminar a sus trabajadores y trabajadoras”. La denuncia se conoció cuando en el país continúa la discusión sobre las condiciones laborales que regirán en el país entre el 12 de junio y el 13 de julio, mientras dure la Copa. El gobierno predica, basado en un slogan futbolero: “Trabajo decente, el mejor gol de Brasil”.
Es tal la preocupación por el tema, que la Secretaría General de la Presidencia realizó el martes pasado un seminario llamado Compromiso para perfeccionar las condiciones de trabajo durante el Mundial. Lo dejó inaugurado Gilberto Carvalho, el ministro jefe del gobierno de Dilma Rousseff. Dijo que el torneo “está ayudando a la economía y a la generación de empleos”, y señaló una inquietud: “No queremos trabajadores sin registración y en la informalidad, así como no queremos a nuestros niños y adolescentes explotados sexualmente”.
La Confederación de Trabajadores de Turismo y Hospitalidad (Contratuh), la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y Agricultura (Uita), la Nueva Central Sindical de Trabajadores (NCST), el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), la Asociación Latinoamericana de Abogados (ALAL) y el Centro Humanitario de Apoyo a la Mujer (Chame) son las organizaciones que firmaron la carta abierta enviada a Joseph Blatter, que se titula “FIFA patrocinada con trabajo indecente”.
En Brasil, la cadena de fast food tiene entre 40 y 42 mil trabajadores contratados por su operador, Arcos Dorados. Es el mayor de América latina y la franquicia más importante de la marca en el mundo. También está presente en la Argentina con alrededor de 12 mil empleados.
En la carta, los denunciantes expresan su “repudio por la elección de McDonald’s como patrocinador oficial de la Copa del Mundo FIFA Brasil 2014” y requieren “la exclusión de la referida empresa del rol de patrocinador de la Copa del Mundo, en virtud de sus prácticas contrarias al Código de Etica y a los diversos textos enunciados por esta Federación”. O sea, ponen en contradicción a la multinacional del fútbol porque cuestionan a la cadena apoyándose en las normas de la FIFA.
Les recuerdan a Blatter y su comité ejecutivo que deben asumir “la gran responsabilidad de velar por la integridad y por la reputación del fútbol en el mundo entero”. También que, para proteger su imagen, tienen que evitar “conductas y prácticas ilegales, inmorales o contrarias a los principios éticos reguladores y que podrían mancharla o perjudicarla”. Les echan en cara a los dirigentes del fútbol mundial que “lo dice el Código de Etica de la FIFA”.
Traducida al inglés, español y francés, la carta fue enviada a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al Ministerio de Trabajo brasileño y a Amnistía Internacional. McDonald’s ya tiene antecedentes en el país de prácticas antisindicales. Tuvo que pagar 7,5 millones de reales (unos 3,4 millones de dólares) en el estado de Pernambuco “por daños morales colectivos a los trabajadores brasileños” cuando fue condenada por la Justicia laboral.
En Curitiba, el Ministerio Público de Trabajo del Estado de Paraná le pidió en marzo pasado a la Justicia que condene a Arcos Dorados a pagar 10 millones de reales por contratar menores de edad en “actividades con riesgo para la salud”. Esa práctica viola la Constitución Federal. La acción judicial contra la operadora de la cadena la presentó en septiembre de 2013 la procuradora regional de Trabajo, Margaret Matos de Carvalho.
Gerardo Iglesias, el presidente de la UITA, justificó que su gremio firmara la carta porque “la discriminación sindical es emblemática. La FIFA habla de discriminación racial y McDonald’s hace discriminación sindical. Hubo manifestaciones en más de cuarenta ciudades del mundo en mayo de este año con trabajadores denunciando la precariedad laboral, los bajos salarios y una falta de red de negociación política”.
La empresa fue acusada judicialmente de contratar menores de 14 años en el estado de Paraná, y ponerlos a trabajar “junto al fuego, con la grasa y en contacto con productos químicos”, según publicaron varios medios brasileños.
En su respuesta a la carta enviada a Blatter, McDonald’s informó que recibió la denuncia con una “mezcla de sorpresa y repudio”. Señaló además que “rechaza el intento de las autoridades para inducir a la FIFA y a la opinión pública a creer que hay malas condiciones de trabajo en nuestra red y una mala calidad de los productos ofrecidos”.
En otro tramo de su descargo explicó que “todos los empleados son registrados de acuerdo con la ley y remunerados de acuerdo con los convenios colectivos propuestos por los sindicatos; y reciben comida y beneficios como atención médica y odontológica”.
Cuando se conoció la posición de la empresa, la carta ya era pública y había llegado a la FIFA. Las organizaciones que la redactaron antes leyeron en detalle el Código de Etica de la federación. Una especie de manual de cartón pintado en el que se basaron para ponerla en contradicción. “El fútbol ya no es considerado simplemente un deporte global, sino una fuerza unificadora cuyas virtudes pueden contribuir considerablemente para la sociedad”, le recordaron a Blatter. Hasta ahora la FIFA no se pronunció sobre su patrocinador, la famosa cadena que sortea viajes al Mundial entre los niños de varios países de Latinoamérica y que, cuando llegan a adolescentes, los emplea en condiciones cuestionadas en los cinco continentes.

Gustavo Veiga

No hay comentarios:

Publicar un comentario