lunes, 26 de mayo de 2014

Nos quieren vender la moto, pero han vuelto a ganar el PP y el P$OE y se ha sostenido a la U.E. de los recortes y del saqueo a los trabajadores


Con más del 50% de paro juvenil, cada vez más exiliados económicos, los brutales recortes en sanidad y educación, la destrucción de la economía nacional desde la entrada en la Unión Europeo, y las 40 casas que se quedan los bancos por día (cifras del 2013), además de que España se ha convertido en el segundo país con mayor pobreza infantil del continente después de Rumanía, todo ello dirigido y diseñado desde Bruselas, los españoles han vuelto a votar a los partidos del régimen, dando su confianza a la Europa de las multinacionales y sus políticas de castigo a la clase trabajadora.Aunque nos intentan vender la moto sobre que ha cambiado la tendencia, acerca de que se ha acabado el
bipartidismo, o sobre la "irrupción" de partidos alternativos en el panorama político, en especial refiriéndose a PODEMOS, la realidad es muy diferente. Solamente analizando cómo los medios de propaganda de capitalista son los que pretenden hacernos creer que la democracia burguesa tiene una salida buena para los trabajadores, que si que podemos decidir nuestro destino y que para nada la U.E. es antidemocrática, es evidente que las cosas siguen mas o menos igual.

En realidad, los que han ganado han sido los de siempre: el Partido Popular y el PSOE. Cierto que han bajado muchos votos, pero esos votos no se han ido a opciones revolucionarias, a partidos que propongan la toma del poder por la clase obrera o, ni siquiera, a la abstención para demostrar el rechazo frente a una Europa que es una trampa para los que trabajan y un paraiso para los grandes mafiosos.

Los votos del PSOE se han ido a ese submarino creado, precisamente, para que los desencantados del partido de los bancos no voten a otras opciones de izquierda como Izquierda Unida, que era la única en poder amenazar el bipartidismo. Solamente basta imaginar que hubiera pasado si no hubiera existido PODEMOS, si Izquierda Unida hubiera alcanzado casi tres millones de votos, y hubiera conseguido cerca de 3 millones de votos, quedándose cerca el PSOE, que ha conseguido 3.5 millones de apoyos. 

PP16407436326.06 %
PSOE14359632423 %
LA IZQUIERDA PLURAL615625679.99 %
PODEMOS512459487.97 %
UPyD410159946.5 %
CEU38506905.44 %
EPDD26290714.02 %
C's24951143.16 %
LPD13245342.07 %
PRIMAVERA EUROPEA1299884%

Es cierto que IU es, en realidad, inocuo para el régimen, porque en realidad acepta las reglas de juego marcadas por la gran empresa y, cuando ha tenido la oportunidad, ha apoyado sin tapujos a las mafias dominantes (como en el caso actual de Andalucía). Pero es que PODEMOS es exactamente igual, y no va a representar ningún peligro para los que, con total seguridad, han respirado tranquilos tras los resultados electorales. Entre otras cosas porque, como se puede ver en el gráfico, si las elecciones hubieran sido parlamentarias, y en base a la proyección de los resultados de ayer, PP y PSOE volverian a arrasar, aunque sin que pudieran formar un gobierno en solitario. Pero, ¿eso es garantía de algo?

Abstención en la U.E.

Solo hay que hacer un mínimo esfuerzo de memoria para recordar las políticas perpetradas por la coalición PSOE-IU en Andalucia y las decisiones del ejecutivo de Zapatero cuando tenía el apoyo de IU.

En resumen, y aunque seamos aguafiestas para todos aquellos que se tragan arrastrados por la esperanza la euforia transmitida por los medios de propaganda, controlados por supuesto por las grandes mafias multinacionales, la realidad de las elecciones de ayer se puede resumir en los siguientes puntos:

-Al contrario que en otros países, por ejemplo en el este de Europa, en España han ratificado el funcionamiento de la U.E., la gran culpable del desastre actual, un 45% de votantes, mientras el 55% ha apostado por rechazar a los grandes criminales que se sientan en sus escaños de Bruselas y Estrasburgo.

Proyección de los resultados de ayer si se hubiera tratado de elecciones parlamentarias

Por ejemplo, en Croacia, recien adherida a la U.E., la abstención ha sido del 76,6%, en Polonia, de un 80%, en Eslovaquia de un 87%, en Eslovenia, de un 79 %, en Chequia, de un 80.5%, etc..., demostrando que en el este de Europa nadie se cree ya lo que parece siguen tragandose los españoles: el cuento de la democrática Unión Europea.

-A pesar del desastre que está cayendo sobre los trabajadores españoles, y por mucho que intenten maquillarlo, han vuelto a ganar los de siempre. El Partido Popular y el PSOE, los grandes partidos del régimen, y a pesar de sus grandes pérdidas, han conseguido mantenerse en cabeza sin ningún otro partido que les haga sombra (el papel de PODEMOS en esto ha sido fundamental, al evitar que más de un millón de electores optaran por I.U.). Es dificil que se vuelva a dar una oportunidad así para dar un golpe al sistema bipartidista: un bipartidismo que es relativo, porque los dos partidos mayoritarios siempre, como han hecho a lo largo de su historia, pactaran con los más pequeños para mantener el poder en sus manos, a cambio de algún ministerio o algún gran contrato. Estamos seguros de que si se repite la situación en las próximas parlamentarias (ver gráfico), IU y PODEMOS, como UPyD, ERC, PNV, y Bildu, estarán como locos por algún pedazo de la tarta del poder.


-El resultado más importante de las elecciones de ayer es, en realidad, la subida de los partidos soberanistas en  Euskadi, Cataluña y Navarra. En este caso, el triunfo de ERC en Cataluña, que en principio radicaliza aún más la tensión entre Madrid y Barcelona por el deseo de autodeterminación de los catalanes, en realidad puede moderarla si Artur Mas ve las orejas al lobo y se decide a negociar con los partidos españolistas, abandonando su proyecto de referendum. Porque lo cierto es que CiU, como el PNV, tienen una visión de la patria muy centrada en el bolsillo, y es muy diferente independizarse estando ellos en el poder que hacerlo con otros controlando el cotarro.

En cuanto a Euskadi, el triunfo de PNV y Bildu, frente al resto de partidos, supone una dolorosa derrota para los partidos españolistas, aunque dentro del contexto de alivio que supone la asunción por parte de Bildu de las reglas del sistema y su deseo de convertirse en un partido centrado en repartirse cargos, controlar recursos y poder enchufar a sus amigos... De lucha por una Euskal Herria Socialista ya queda bastante poco en esta coalición.

En resumen, las cosas no han cambiado tanto como pretenden hacernos creer. Es cierto que conseguir que los trabajadores sigan teniendo fe en el paripé democrático diseñado por el capitalismo para mantener los privilegios de la clase parasitaria es esencial para que, al contrario, el hartazgo se convierta en revuelta, en rechazo, en la inevitable pérdida de legitimidad de un sistema que, como se ve, todavía sigue teniendo la complicidad y el apoyo de sus víctimas.

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