lunes, 28 de abril de 2014

Primero en la primaria y ahora en la universitaria

El hambre surgió en los escolares y ahora asoma entre los universitarios. Pero no importa: estamos "saliendo" de la crisis.

El hambre acecha cada vez más. Esa es la conclusión que extrae, con datos en la mano, Ana López, directora del servicio de atención a la comunidad universitaria de la Hispalense...

El campus de Sevilla ha doblado el número de menús subvencionados en sólo tres años. Una parte creciente de los universitarios sevillanos pasa apuros para alimentarse de forma correcta. Ya no se trata sólo de que el recorte a la política de becas, la subida de los precios de las matrículas, el paro galopante y las drásticas rebajas salariales persigan como fantasmas armados de motosierras a los estudiantes. 

El hambre acecha cada vez más. Esa es la conclusión que extrae, con datos en la mano, Ana López, directora del servicio de atención a la comunidad universitaria de la Hispalense.En la Universidad de Sevilla han detectado que cada vez más estudiantes piden llevarse a casa el segundo plato del menú diario que se les subvenciona, y así poder hacer una cena en condiciones. 

Desde que la crisis se manifestó en toda su crudeza, en el curso 2010-2011, la Universidad de Sevilla sirve un 107% más de comidas subvencionadas y se ha pasado de las 9.660 de aquel curso a las más de 20.000 previstas para el actual. Y a consecuencia de los recortes, los bonos comedor han disminuido. "No se dan más bonos de comedor, pero en los comedores se proporcionan todas las comidas que se pueden servir porque hay verdadera necesidad", afirma López.

Otro de los indicadores que revelan la extensión de la pobreza por la población universitaria sevillana es el exceso de oferta de plazas que existe actualmente en residencias y colegios mayores, "donde siempre ha habido listas de espera", añade la responsable universitaria. Ello significa que cada vez menos universitarios residen en Sevilla y tienen que desplazarse diariamente desde sus pueblos. "Esto repercute directamente en su rendimiento. A veces tienen que hacer cientos de kilómetros diarios y matricularse en pocas asignaturas, lo que alarga su estancia en la universidad", explica la directora del servicio de atención a la comunidad universitaria, y matricularse por segunda o tercera vez en las asignaturas eleva considerablemente el precio de estas. Además, si su rendimiento baja y suspenden alguna asignatura, no pueden optar a becas del ministerio.

La Universidad de Sevilla negocia con las grandes empresas de transporte como Alsa, Damas y Renfe para que puedan ofrecer tarifas más económicas a estudiantes en serios apuros. Y ha tenido que multiplicar las ayudas sociales extraordinarias que se conceden para evitar que el estudiante se vea abocado a abandonar la universidad en caso de situaciones adversas sobrevenidas. Si en el 2008 se concedieron 377 ayudas de este tipo, en el 2013 ascendieron a 1.068. Todo ello crea una frustración intensa en las familias, que se resisten a que sus hijos abandonen unos estudios superiores que consideran su pasaporte para una vida mejor. La mayoría de las universidades catalanas ha tenido también que crear becas propias para ayudar a estudiantes en apuros, como la Universitat de Barcelona o la Universitat Autònoma de Barcelona. Catalunya es, junto con Madrid, la comunidad autónoma con los precios de la matrícula más caros. Aunque en Catalunya los universitarios pagan según su renta.

Un informe de la Fundación Foessa y Cáritas sobre perspectivas socioeconómicas recoge que un 7% de las personas con estudios superiores vive en riesgo de exclusión social.

laotraandalucia.org

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