miércoles, 19 de marzo de 2014

Diego Cañamero: “Queremos provocar una rebelión de las masas”

MARCHAS DE LA DIGNIDAD / ENTREVISTA AL DIRIGENTE DEL SAT
ALEJANDRO TORRúS | 19/3/2014
Diego Cañamero en una imagen de archivo durante una marcha organizada por el SAT. / Efe
Diego Cañamero en una imagen de archivo durante una marcha organizada por el SAT. / Efe

Diego Cañamero atiende a cuartopoder.es en un alto en el camino en su larga travesía hasta Madrid. Se encuentra, junto a las 700 personas que conforman la columna de Andalucía, a “cuatro o cinco kilómetros” de Ocaña. Son las 12.00 horas y la columna ya ha caminado 23 kilómetros.
Esa misma tarde celebrarán una asamblea en el pueblo para transmitir a sus vecinos sus objetivos con las llamadas Marchas por la Dignidad del 22 de Marzo. Como ellos, cientos de ciudadanos llevan semanas caminando para llegar a Madrid este fin de semana. Llegan desde todos los rincones del Estado con un objetivo claro: “Que la gente se levante y defienda con dignidad sus derechos”, avanza Diego Cañamero.
– Las Marchas por la Dignidad llevan caminando, en algunos puntos del Estado, tres semanas para llegar a Madrid el 22 de marzo. La primera pregunta es obligatoria: ¿Qué objetivo se proponen?
– Tenemos una serie de reivindicaciones aprobadas por todos los grupos y que trataremos de defender en Madrid. Estas reivindicaciones son: no al pago de la deuda, por la renta básica universal, contra la reformas que acaban con los servicios públicos… No obstante, el objetivo también es que la gente se levante. Queremos que la mayoría silenciosa, esa a la que hace referencia el Partido Popular, salga de su casa, se levante y defienda con dignidad sus derechos. El Gobierno que gobierna de espaldas al pueblo y en contra de la mayoría no está legitimado. El voto no da derecho al abuso del pueblo. El Gobierno se ha convertido en un maltratador del pueblo y el pueblo se tiene que convertir en un gran tribunal popular para enjuiciarlo y para procesarlo y la única forma ahora mismo es salir a la calle.
– ¿Se refiere a una rebelión ciudadana?
– Sí, pero pacífica. Si la gente se levanta pacíficamente no hace falta enfrentarse a nadie. Si es así, sólo nos tenemos que enfrentar al paro, a la injusticia y a un Gobierno corrupto que no nos representa. No queremos enfrentarnos ni a la policía ni a nadie. Queremos quitar a este gobierno que no vale y mejorar la economía y la democracia para ponerlas al servicio del pueblo. Esta es nuestra filosofía.
– ¿Pero cómo hacer que un gobierno elegido en las urnas dimita?
– Este Gobierno está incapacitado para dirigir a la sociedad porque la hace sufrir. Si un gobierno perjudica a la mayoría y hace que la gente pase la crueldad del paro y la injusticia generalizada mientras defiende al poder financiero y aplica las políticas de la troika pues tenemos que luchar para intentar cambiarlo.
– ¿Una vez en Madrid qué quieren hacer? A las 17.00 horas hay convocada una manifestación en Atocha, ¿después?
– La idea es quedarnos en Madrid. Hemos acordado quedarnos en Madrid unos días más para continuar con nuestras reivindicaciones. Haremos una asamblea general, protestaremos alrededor de la Bolsa… En fin, haremos diversas acciones reivindicativas.
– ¿Y dormir? ¿Van a intentar acampar en Madrid?
– Lo intentaremos, pero ya veremos en qué lugar podemos dormir. Lo iremos decidiendo en asamblea cada día.
– En enero, usted y yo hablamos sobre la organización de estas Marchas por la Dignidad y me decía que las marchas tenían que tener una actitud de guerrilla para saber adaptarse a las circunstancias. ¿Teme una actitud represiva por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?
– Nosotros tenemos que improvisar. Lo importante es tener capacidad para la improvisación. Es evidente que el Gobierno nos pondrá todos los obstáculos que pueda pero espero que nos nos encontremos con esa actitud represora. Nosotros hemos pedido todos los permisos correspondientes y lo único que queremos es que la gente salga a la calle y exprese sus sentimientos y su rabia porque le están quitando sus derechos y están aprobando leyes que les llevan a 40 años atrás. Lo que sí estamos notando es un cierto bloqueo mediático.
– ¿Qué tiene que ocurrir para que las marchas por la dignidad se vayan de Madrid pensando: “Aquí ya no somos necesarios, hemos conseguido lo que queríamos”?
– No hay que ponerse una meta como esa. Tenemos que decidir sobre el camino. Simplemente salir a la calle y después ya veremos qué se puede hacer y hasta dónde podemos llegar y qué podemos decidir. Lo importante en el movimiento obrero es tener la capacidad para que en cada momento uno sepa qué es lo más conveniente, qué es lo que interesa y qué se puede hacer. No tenemos que tener nada predeterminado. No podemos decir que hasta que no se vaya el Gobierno no nos vamos. Primero tenemos que luchar y luego ya el tiempo y la lucha nos dirá qué tenemos que hacer. Lo que sí está claro es que no podemos seguir con los brazos cruzados. Por eso queremos una rebelión de las masas, de los trabajadores, de los ciudadanos… que salgan de su casa y que se rebelen contra todo esto.
– Antes ha señalado que hay un cierto bloqueo mediático contra las Marchas. ¿Les están silenciando?
– Está claro. Por lo menos, hasta ahora. La Primera, La 2, Antena 3, Telecinco, La Sexta, El País, El Mundo, la Cadena Ser… prácticamente todos. Nos silencian porque esto no lo controlan ellos. Esto no es la oficialidad de los que están dentro del sistema. Evidentemente no quieren darnos publicidad para que no se multiplique esta acción y sea más peligrosa.
– ¿Cree que es por miedo?
– Claro. Si ellos le dan publicidad a nuestra causa y a nuestros objetivos conseguiríamos muchos más apoyos. Nosotros, con una repercusión en los medios bastante pequeña, sólo con nuestra fuerza en las redes sociales, vamos a conseguir llevar a miles de personas hasta Madrid. Si hubiese una publicidad real de este acontecimiento en los medios convencionales seríamos muchos más.
– ¿Cuanta gente le gustaría reunir en Madrid?
– No me mojo con una cifra. Queremos ser cientos de miles. A mi me gustaría que llegara al millón, pero la verdad es que no lo sé.

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